El espacio en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo es nuestro lugar de trabajo.

A pesar de lo que pueda parecer, el espacio de trabajo y el ambiente laboral son aspectos decisivos que pueden llegar a influir en nuestros niveles de felicidad, productividad e, incluso, salud.

Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, no le prestamos la suficiente atención.

¿La importancia del espacio de trabajo?

Tal y como hemos comentado, el lugar de trabajo nos afecta directamente. Es el espacio físico en el que nos desarrollamos y pasamos más horas al día.

Por ello, no es de extrañar que tenga una repercusión tan grande en la vida de las personas. Tanto es así que, incluso, puede llegar a ser un aspecto decisivo en nuestro estado de ánimo.

De hecho, un entorno laboral que fomente la interacción y favorezca la creatividad puede aumentar nuestra productividad hasta un 20%.

Además, no podemos olvidar los numerosos beneficios que una zona de trabajo adecuada nos aporta. Entre los principales se encuentran:

  • La reducción de la fatiga mental.  
  • El aumento de la creatividad.
  • La mejora de la salud y, por ende, la reducción de las afecciones laborales.
  • El aumento del rendimiento y productividad.
  • La mejora del ánimo y los niveles de motivación.
  • La mejora la comunicación interpersonal
  • El estímulo de un pensamiento lateral y flexible.

¿Cómo organizar mi espacio de trabajo?

Visto el valor y los beneficios derivados de trabajar en un espacio apropiado, no cabe duda de la importancia que debemos prestarle.

Los centros de coworking y oficinas compartidas están especialmente diseñados para favorecer el desarrollo de las personas y hacer de su entorno de trabajo un lugar apetecible y estimulante.

Algunos de los aspectos que nosotros consideramos más importantes y que, sin duda, marcarán la diferencia son:

  • Una buena distribución. Nuestro estado mental y necesidades van cambiando a lo largo del día. Contar con espacios diferenciados como salas de reunión específicas para tratar temas de mayor complejidad o zonas más distendidas como la cafetería para esos momentos en los que necesitamos algo de inspiración ¡suponen una gran diferencia!

  • Luz natural. La iluminación juega también un punto fundamental. Nada es comparable con la luz natural. Por ello, siempre que puedas opta por grandes ventanales y deja la iluminación artificial para aquellas zonas con un uso menos intensivo.

  • Mobiliario adecuado. La silla y mesa a utilizar son importantes pero también lo es el mobiliario adicional. Tener estanterías o espacios extra de almacenaje te permitirá mantener una mesa mucho más despejada en la que tener lo necesario a vista y poder guardar todo aquello que utilices con menos frecuencia.

  • Accesorios. En la organización de un espacio de trabajo también es crucial contar con determinados accesorios como pizarras, paneles o proyectores.
Además, contar con recursos extra como teclados, cascos o cargadores a los que poder recurrir en casos de urgencia también suele ser de gran utilidad.


  • Ambiente de trabajo. Sentirte a gusto en tu lugar de trabajo es vital para alcanzar y mantener un buen estado de ánimo. Aún así, no suele ser fácil de conseguir.  
Contar con una persona encargada de velar por el bienestar de los miembros de la oficina suele ser de gran ayuda. Por ejemplo, en los espacios de coworking es habitual la figura del “host” que ayuda a fomentar y generar un buen entorno de trabajo.

Además, en las oficinas compartidas, al estar en contacto con otros profesionales con ganas de compartir y aprender suele ser habitual contar con un magnífico ambiente de trabajo.


  • La oficina. Aunque este punto no tiene una relación directa con la organización, sí que es importante que tengas en cuenta que incluir elementos naturales, una buena climatización o tener unas vistas despejadas también son factores ¡que pueden marcar la diferencia!

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